Casi poema de amor
Tristes segundos fallidos que marca un reloj descompuesto por el tiempo. Tiempo de tu ausencia, cual intente llenarlo con manifestaciones (falsas) de buen criterio y de sonrisas imperecederas. Claro, solo a quien iría a influirle mis gestos ilusorios.
Pienso en ella. Si que lo ago, y es un problema. Un buen problema que ocupa mis sentidos y mi efímera memoria. Temo volverme dependiente de sus labios y después morir en un segundo al separarlos de los míos. Temo quererla mas de lo que me permite mi capacidad de sentir, me veo caducar al tenerla pegada a mi susurrándome un par de mentiras y unas cuantas verdades al oído. Pero que más da. Quiero perder la vida en un segundo aferrado a su pecho, curioseando en su mente, leyendo su alma. Quiero ganar la vida en otro segundo uniendo nuestros cuerpos, sincronizando los latidos, mojándome con su sudor puro y exquisito y nacer en un orgasmo que avisa la llegada del alba. Luego a la mañana darle sorbos de olvido para no sufrir entre las sabanas enfermas de traición
Poema de casi odio interno (oído interno)
Es inevitable mi odio intrínsico a la gente. Las ganas de exterminarlos o que me exterminen, para acabar con mi puta rivalidad creada por mi mente caótica y ansiosa.
No se si es su educación perversa y esquemática la que me enferma y hace mas ineludible el sentimiento mas oscuro de mi alma podrida en incomprensión.
No miento, las ganas me sobran de romper en conciencia y bañarlos con mi sangre hirviente en ira e irracionalidad. Que esta se les meta por los oídos, narices y boca, llenándolos de mi maldito odio sin cura.
Tal vez yo sea el enfermo que solo logra encerrarse en su cochino odio y escupir palabras malditas sobre papel. Total que? Son las amarras que niegan la expresión, la ley. La impotencia mas explícitamente, la nulidad de mis actos, palabras y escritos. La absoluta nulidad del existir, de mis mediocres actos, palabras y escritos. De mis soluciones falsas, falsas sonrisas. Falacia de expresión.
Todavía no deseo cambiar y aunque lo desease no podría. Mi odio es un animal vivo que recorre mis venas y mi mente ocultándose en mis entrañas. Matarlo a el seria matarme a mi. Matar mis desdichados actos, palabras y escritos.
1 comentario:
sorbos de olvio.. me gusto jijiji
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